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El buque Tai An pertenece a una empresa argentina. Pero su propietario es chino.
Un buque flota en altamar plenamente operativo. Pesca y procesa sin pausa dentro de la zona económica exclusiva. Como la empresa para la que trabaja es argentina no incurre en violación de soberanía. Vale repetirlo: aunque el dueño de la embarcación es un coleccionista de cuadros de Rembrandt llamado Liu Zhijiang, sobre cubierta flamea una bandera argentina.
En la industria pesquera es sabido que abundantes capitales chinos se ocultan detrás de fachadas de sociedades anónimas locales para valerse de la riqueza marítima del sur del país. Eso no es algo objetado por el Estado. Pero este barco, llamado Tai An, ha pescado lo indebido. Lo han denunciado y se ha desatado un escándalo.
Dentro de sus recámaras, hay 142 toneladas de merluza negra, producto suntuario y codiciado. La carga vale 4 millones de dólares. La merluza negra es algo que casi no se puede pescar, por las características propias de la especie y por la fragilidad a la que la especie está expuesta.
Pero el Tai An, según denuncian tres empresas del mismo rubro, ha pescado sin permisos. Además de tratarse de un posible delito, puede derivar en una controversia ecológica. La carga debería confiscarse. En el mejor de los casos, repartirse a organizaciones de caridad. En el peor, podría echarse a perder. Por ley, nada de lo que se saca puede regresar al mar. El caso escala y siembra expectativas en el Sur. Las autoridades pesqueras discuten qué hacer con el buque y esas 140 toneladas cuando arriben al puerto de Ushuaia este miércoles. Lo esperan ambientalistas y ONGs, en alerta por lo que pueda ocurrir.
“El buque Tai An de la firma Prodesur SA estaría violando el Régimen Federal de Pesca, ley 24.922 y el sistema de cuotificación de merluza negra. Según se ha comprobado mediante ploteos satelitales que son de público acceso. El buque realizó tareas compatibles con la pesca dirigida a la merluza negra en el área de distribución de la especie; constatado esto por los buques Argenova XXI y San Arawa II; como así también hemos tomado conocimiento que desde el área comercial de la firma Prodesur SA se encuentran ofertando en mercados del exterior (Estado Unidos y China) merluza negra congelada a bordo de la marea en curso del citado buque”, se lee en la denuncia presentada ante la Subsecretaría y la Dirección Nacional de Pesca.
Desde los primeros días de febrero las autoridades pesqueras están en conocimiento de que el buque Tai An se encuentra en infracción. Pero no le han impedido continuar su derrotero productivo. Parecen haberse despabilado recién cuando fue denunciado por las empresas Argenova, Estremar, Pesantar y la cámara pesquera CAPeCA. Para entonces el barco ya llevaba más de un mes en infracción. Las empresas denunciantes son, como se dice en la jerga, tenedoras de cuota de merluza negra.
La cuota es algo específico, un porcentaje que se otorga a las compañías sobre la torta total de aquello que existe disponible como recurso. La merluza negra se pesca a cuentagotas, debido a sus características. Habita los fondos marinos en zonas de mucha oscuridad, es un pez estático que se mueve poco. Se saca con técnica de arrastre, una práctica que es observada cada vez más por ecologistas de todo el planeta debido al daño ambiental que provoca. La población de merluza negra no es abundante. Según los expertos, es una especie en “fragilidad constante”. Todo lo que se pesca se exporta para abastecer a los grandes restaurantes del mundo.
¿Cómo se supo que el barco había pescado de forma ilegal? Cada embarcación que sale de puerto, lleva a bordo controladores del INIDEP (Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero). Esos agentes envían un parte de pesca electrónico periódico desde altamar y controlan que no se superen las cantidades permitidas. “En uno de esos partes, constan las 142 toneladas de merluza negra y se podía observar un lance de 80 toneladas, lo que evidencia la pesca dirigida, que está vedada para este buque sin cuota”, explica un funcionarios del área a Clarín. Pero también se supo sobre otro dato que generó alarma: la mitad de la captura estaría compuesta por juveniles. Se trata de juveniles de una especie protegida internacionalmente.
A boro del barco van la inspectora Norma Oszust y los observadores del INIDEP, Walter León y Leonardo Spagnuolo Rey.
En el sector pesquero llama la atención que desde la Subsecretaría de Pesca se halla actuado de un modo pasivo ante la denuncia. Los denunciantes reclamaban que se le ordenara al barco el regreso puerto y que se fiscalizara la carga. Pero al Tai An se le pidió solo que se alejara de la zona.
La semana pasada, el subsecretario de Pesca de la nación recientemente designado, Juan Antonio López Cazorla, recibió a Liu Zhijiang, propietario del buque. Zhinjiang es además al presidente de la firma Prodesur S.A.. El empresario habría argumentado que se trató de pesca incidental, es decir, de merluza que fue pescada sin intención. Extraño para tanta cantidad. Después de esa reunión, no pasó más nada. El enojo crece por el trato contemplativo.
Se dice de Lui Zhijiang que además de poseer un Rembrandt original, también atesora piezas de la dinastía Yuan de 700 años. Su barco seguirá pescando hasta el 20 de marzo.
El domingo CAPeCA, la cámara que nuclea a los buques congeladores, a través de redes sociales avisó que solicitarán, además de los requerimientos de las tres empresas denunciantes y de “las sanciones que se deben aplicar a la empresa armadora, por una clara violación a la Ley Federal de Pesca, se decomise toda la merluza negra capturada por el buque pesquero Tai An”. Se trata de “una ilegalidad de grandes proporciones”, afirmaron.
Fuentes de la Cancillería, que está sobre el tema, creen que pudieron existir presiones para evitar las sanciones. ¿El gobierno fueguino podría haber presionado para no perder esa descarga en puerto? Falta la voz del Gobernador de Tierra del Fuego, Gustavo Melella. El régimen de pesca, que con la frustrada ley ómnibus Javier Milei quiso reformar, dice claramente que una situación de este tipo debe ser detenida y finalmente sancionada. Pero está por verse qué es lo que pasará.