Uno de los acusados en el juicio en Francia por las agresiones sexuales a Gisèle Pelicot, que había sido drogada previamente por su esposo, declaró el miércoles ante el tribunal que participó en seis violaciones porque “no podía controlar [su] sexualidad”.
“No regresaba porque el ‘modo violación’ me gustara, sino porque no podía controlar mi sexualidad”, insistió Jérôme V., exempleado de un supermercado de 46 años, ante el tribunal de Aviñón, en el sur de Francia.
Este proceso, seguido con gran atención en Francia y en el mundo, que comenzó el 2 de septiembre, juzga hasta el 20 de diciembre a 51 hombres, entre ellos Dominique Pelicot, en su gran mayoría por violar a su ahora exesposa Gisèle.
Entre 2011 y 2020, el principal acusado administró a escondidas medicamentos a su esposa para dormirla y violarla junto a desconocidos contactados por internet. Los acusados enfrentan hasta 20 años de prisión.
Jérôme V., que admitió los cargos de violación con agravantes, es uno de los 18 acusados en prisión preventiva durante el juicio,
Cuando visitó por primera vez Mazan, localidad del sur de Francia donde vivían los Pelicot, en la primavera de 2020 tras una ruptura y durante un confinamiento de covid, su “sexualidad abrumadora” no le permitió “imponerse al señor Pelicot”.
“No sabía decir ‘no’ al señor Pelicot”, aseguró.
Jérôme V. se topó por primera vez con Dominique Pelicot en el sitio de chat Coco.fr, cerrado ahora por las autoridades francesas. “Su modus operandi era enviar fotos [de su esposa] […] con la esperanza de que esto pudiera provocar una reacción, y para un perfil como el mío, la tuvo”, declaró.
“Quería salir de eso, huía, esperaba que no me volviera a contactar, pero no hice nada para hacer que parase”, reconoció.
Jérôme V. visitó el domicilio de los Pelicot seis veces entre marzo y junio de 2020.
“Es difícil decirles por qué no fui capaz de decir ‘esto tiene que parar’. Tenía miedo del impacto, de que [Dominique] difundiera las fotos” en las que se le veía violando a Gisèle.
Dominique Pelicot filmó gran parte de las agresiones a su esposa, una práctica que más tarde permitió a la policía identificar a muchos de los hombres sospechosos de haberla violado.
Descrito por los expertos psicólogos como “débil”, “ingenuo” y “poco asertivo”, Jérôme V. declaró que estaba “bajo el hechizo” del principal acusado.
La cuestión del consentimiento, sistemáticamente ausente de la mente de los agresores sexuales de Gisèle Pelicot, resurge de manera recurrente en el megajuicio por violaciones en Francia, que podría conducir a un despertar social e incluso a un cambio legal.