Con la excusa de indagar sobre el uso del celular en las escuelas, el gobierno de Jorge Macri realiza preguntas capciosas a menores para convencerlos sobre la nueva reforma educativa secundaria.
Van en grupos de tres o cuatros personas, entran a las aulas y hacen una pequeña introducción. Escriben un link en el pizarrón y se van. En los últimos días, agentes del gobierno porteño pertenecientes a la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa (UEICEE), del Ministerio de Educación de la Ciudad, realizan un relevamiento digital que deben responder estudiantes de tercer año del secundario de algunos establecimientos educativos.
El objetivo “es comprender mejor cómo los y las estudiantes de tercer año del secundario gestionan su planificación y organización en el aula para alcanzar metas”, dice la información oficial del GCBA plasmada en el documento. Lo cierto es que, a medida que avanza el cuestionario, aparecen preguntas capciosas que intentan persuadir a alumnos y alumnos sobre la necesidad de reformar la educación en el nivel secundario.
En septiembre de este año, Tiempo realizó un informe sobre las reformas educativas que el GCBA realiza mediante correos electrónicos y mensajes de WhatsApp, una estrategia que busca romper con la organización escolar, y pone distancia entre las autoridades y la comunidad educativa.
Una de las primeras secciones del extenso cuestionario indaga sobre el uso de celulares dentro de las escuelas: Me distrae; No me permite conversar con mis amigos; Me hace sentir ansioso; y Me aburre; No me afecta; son solo algunas preguntas que deben responder.
“El gobierno de la ciudad está yendo a las escuelas, para entrevistar a estudiantes y docentes sobre el uso del celular. Pero en el medio oculta otras preguntas para los estudiantes”, alertó Fernando, docente del Comercial 8, uno de los establecimientos educativos donde las y los estudiantes respondieron el cuestionario.
En una parte de los fundamentos del relevamiento realizado por el Ministerio de Educación porteño, señalan: “Tus respuestas serán anónimas y confidenciales (esto significa que nadie sabrá que es lo que contestaste en esta encuesta), y solo se utilizarán con fines de investigación”, aclara el documento oficial. Hasta la fecha, este documento fue entregado a estudiantes de tercer año de 24 escuelas públicas y 26 colegios privados. Una fuente del ministerio de educación porteño, confirmó a este medio: “que las preguntas fueron respondidas por menos del 25% de los estudiantes de escuelas públicas” y “apenas un 15% de colegios privados”.
“Cuando vos entrás a la encuesta para alumnos, en la misma el gobierno inicia con preguntas en función de en qué colegio están, de qué cursos son, lo cual ya pierde el carácter de anonimato de la encuesta, la edad, y después de eso empiezan ya con las preguntas sobre el celular: cuánto tiempo usan el celular, si los distraen, cómo enfrentan determinadas situaciones, etc”, agrega el docente.
La parte del cuestionario que, tanto estudiantes como docente y familias ven con preocupación es la que apunta a polémicos puntos de la reforma educativa en el nivel medio que propone la Ciudad, como una escuela sin horarios, el estudiante como individuo y la desorganización escolar.
“Lo que termina ocurriendo es que, a medida que van pasando las preguntas se mechan con otras en relación a la reforma educativa de Buenos Aires Aprende. Es lo mismo que la ministra de educación de la Ciudad (Mercedes Miguel) dijo en varias entrevistas donde habló de la escuela sin horarios, la escuela donde cada chico se forme independientemente del grupo y convivan por niveles y no por años de estudio, rompiendo la lógica del chico con su propio grupo etario y demás. Todo esto favorece la idea de individualidad, donde ya no exista el pizarrón y el docente se transforma en un mero facilitador”, termina el docente.
Algunas preguntas capciosas hechas a estudiantes
“¿No te gustaría que las clases fueran por proyectos? ¿No te gustaría elegir los horarios que cursás? ¿No te gustaría que los docentes pudieran tenerte en cuenta?”, son solo algunas de las preguntas que aparecen en el extenso cuestionario que se accede mediante un link, y las y los estudiantes responden.
“En muchos de los casos estas preguntas, niegan la falta total de acciones de entrega de notebooks, entrega de tablets, empieza a hablar como de un mundo de fantasía en función de que muchas escuelas las netbooks fueron robadas”, cierra el docente en diálogo con Tiempo.
“Otra de las preguntas que se encuentran en el cuestionario es: ¿Te gustaría que la escuela te enseñe a resolver cuestiones de la vida cotidiana?, y entonces pone como ejemplo el trabajo u organizar el dinero de tu casa, o sea directamente ni siquiera ya se le pregunta sobre el futuro de una carrera universitaria, para formarse en artes: la pregunta lisa y llanamente es para poder manejar el dinero de tu casa y poder responder de forma directa a la demanda del mercado”, cierra Fernando.