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La odisea de las familias de las víctimas para repatriar los cuerpos

  • Además de los trámite burocráticos, deben pagar un costo elevado y en dólares.

-Los extraño mucho.

-¿Y por qué no volvés, hijo?

-No, mamá. Quiero cumplir mis sueños.

Una parte repetida en las distintas conversaciones que Laura Careri tenía con su hijo, Nahuel López (26), uno de los fallecidos en el brutal choque en Quintana Roo, México. Cuando él se refería a sus sueños, quería decir que deseaba quedarse a vivir en México con su novia, Macarena, con quien se fue hace casi dos años, en abril de 2022, para probar suerte. Ambos incursionaban en el ámbito del modelaje y de la actuación.

Fue Macarena quien primero llamó a Laura, su suegra, el domingo por la tarde, algunas horas después del incidente vial que terminó con la vida de Nahuel y otros cuatro argentinos, además de los dos conductores, el de la camioneta en que iban todos ellos y el de una van que estaba estacionada en la banquina del carril opuesto. Según cuenta Laura a Clarín, Macarena no podía ni pronunciar lo que había sucedido con su novio.

Poco tiempo más tarde, fue una psicóloga en representación de la Cancillería argentina quien le comunicó que Nahuel López, documento tal y tal, había fallecido en el acto producto del choque. A continuación, le sugirió que tanto ella como el padre de Nahuel (quienes están separados) firmen un consentimiento para que fuera Macarena quien reconociera el cuerpo de Nahuel.

Este lunes fue Laura quien se dirigió hacia las oficinas de Cancillería en Buenos Aires. Le dieron una lista con funerarias de la zona de Playa del Carmen para que pudieran velar a su hijo. Ninguna madre está preparada para recibir tamaña noticia, pero lo que más desea es, naturalmente, poder darle el último adiós. Luego, poder visitarlo en un cementerio cercano, llevarle flores.

Nahuel López, uno de los argentinos que perdieron la vida en el choque de Playa del Carmen. Nahuel López, uno de los argentinos que perdieron la vida en el choque de Playa del Carmen.

“De 4.500 a 8.000 dólares nos presupuestaron las distintas funerarias para poder velar el cuerpo y luego traerlo hacia aquí, conmigo”, cuenta Laura. Se lamenta, ya que es una cifra casi prohibitiva para su familia, e intuye que para muchísimas otras. Piensa, claro, en las familias de los otros chicos fallecidos.

“Desde Cancillería, esa fue toda la ayuda que recibimos. No hay ley que ampare a las familias en estos casos en que se piden repatriaciones, y todas los costos y logística deben ser asumidos por los propios familiares. Me pregunto por qué en el caso de personas presas el Estado asume todos los costos de las extradiciones, pero no aporta una solución en casos como éste”, añade.

Fueron Macarena, desde Cancún, y la familia y allegados de Nahuel, desde San Martín, en el oeste del conurbano bonaerense, quienes organizaron una colecta para poder costear la burocracia velatoria. Laura no sabe ni quiere saber cuánto costó, finalmente, el trámite para que su hijo sea velado y luego trasladado hacia Argentina. Este martes a las 9 de la mañana de México, a las 11 de Argentina, Nahuel tuvo su velatorio en tierras mexicanas. Fue el primero de los cinco argentinos fallecidos, y será el primero de los repatriados.

Se estima que este miércoles su cuerpo llegará a Buenos Aires, en donde lo velarán otra vez junto a sus familiares en San Martín, su barrio. Cuenta Laura que Fernando Moreira, intendente de ese municipio, puso a disposición su administración para organizar y costear el último adiós. Lo considera un buen gesto en medio del trajín burocrático que apenas está dejando la familia.

Laura todavía no lo cree; en cambio, aún piensa que es un mal sueño que vive desde el domingo. Por momentos, habla de su hijo en presente. “Es, era barbero, y hace, hacía trabajos de modelaje y actuación para publicidades. Le gustaba jugar al fútbol: aquí es conocido y querido por algunos clubes en los que jugaba, y en México ha llegado a probarse en ciertos clubes”. Tanto como barbero como de modelo y actor juntó plata para poder ir a probar suerte en México.

Allí juntaba dinero de a puchos, como se dice, y trabajando de lo mismo, para llegar a los 3.000 dólares que, aparentemente, le costaba conseguir una visa de trabajo y poder trabajar más dignamente. Su novia, Macarena, ya había estado anteriormente en ese país y había conseguido la estadía definitiva. Como Nahuel aún no la tenía, debía renovar cada 180 días su estadía legal.

Ésa era su empresa y la de los otros cuatro jóvenes argentinos que viajaban en la Suzuki Ertiga que chocó violentamente el domingo por la tarde. Habían salido a las cuatro de la mañana de ese día, hora mexicana, desde Cancún hacia Belice, un país limítrofe, al sur de la península de Yucatán.

Según sabe la familia de Nahuel, una abogada de México les cobró 10.000 pesos mexicanos (aproximadamente medio millón de pesos argentinos) a cada joven el viaje y la tramitación de la nueva estadía en México. ¿Cómo debían hacer? Una vez cruzada la frontera con Belice, hacia la ciudad de Santa Elena, a casi 325 kilómetros de Cancún, volvieron a entrar a territorio mexicano, país que expidió un nuevo permiso de estadía por otros 180 días para cada uno de los jóvenes.

Estaban retornando, a una hora de Playa del Carmen, a dos de Cancún (destino final), cuando el auto que los trasladaba a alta velocidad perdió el control, cruzó de carril e impactó de lleno contra una van estacionada. “Quiero despedir a mi hijo y que termine esta pesadilla”, culmina Laura Careri, la Nahuel López.

SC

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