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Ambos programas tuvieron un incremento en el inicio de abril en relación a su presupuesto original.
“La única billetera abierta es para la ministra Pettovello”, instaló Javier Milei desde antes de asumir la Presidencia, explicando que la prioridad central del nuevo gobierno, en un contexto de recortes y ahorro, sería asegurar la continuidad de todo el paquete de planes, asignaciones y jubilaciones.
Al término del primer trimestre, y contabilizando la primera quincena de abril, esa idea inicial se replica en las planillas del presupuesto, con el superministerio de Capital Humano capitalizando gran parte de todo el gasto nacional, pero sobre todo por el acelerado ritmo que presentan las partidas principales de la cartera.
Sumando todos los programas que dependen de la ministra Sandra Pettovello, ya se devengaron casi $ 8 billones de los más de $ 20 billones previstos inicialmente, que luego de partidas reasignadas esta semana ya se convirtieron en $ 27,2 billones. La cifra exacta, al 14 de abril, es $ 7,87 billones sobre ese global, que fue actualizado por primera vez en el, año.
El Gobierno ya dio el paso inicial en ese sentido, con un presupuesto de prórroga que viene gestionando herencia del kirchnerismo y que ya tuvo que actualizar en varios puntos. El caso más emblemático, como sucedía en la presidencia de Alberto Fernández, son los recursos destinados a pagar planes sociales, los dos programas estrella, el Potenciar Trabajo y la Tarjeta Alimentar, que ya tuvieron que reforzarse.
En los últimos días se adjudicaron casi $ 120.000 millones a dichas partidas. En el caso del Potenciar Trabajo, incluso estando subdividido ahora por los sub-programas Volver al Trabajo y Acompañamiento Social, se le agregaron a la partida $ 20.644 millones, en el de la Tarjeta Alimentar, exactamente $ 99.180 millones. Ahora, el ex Potenciar Trabajo tiene un presupuesto de $ 1,04 billones y la Tarjeta Alimentar de $ 974.820 millones. Es decir, entre ambos superan largamente los $ 2 billones de presupuesto.
El ex Potenciar Trabajo repercute directamente en más de 1,2 millones de beneficiarios, pese a los recortes de plantilla que llevó adelante el Gobierno por una serie de irregularidades detectadas en el cobro en estos meses. En el último tiempo, le quitaron peso en relación a la Tarjeta Alimentar, que fue creciendo en fondos y prácticamente lo equipara.
En lo que va del año, el gasto para los dos programas va por encima de la proyección anual. Al ex Potenciar Trabajo se le giraron $ 338.045 millones, en tanto que a Políticas Alimentarias se le transfirieron $ 414.484 millones. Representan un gasto por día de $ 7.167 millones. Pablo de la Torre, como secretario de Niñez, Adolescencia y Familia, es el responsable del área, más allá de que la ministra es Pettovello.
Simbólicamente, son dos programas que tienen mucha representación. La Tarjeta Alimentar genera impacto directo en más de cuatro millones de personas y fue, con el Potenciar Trabajo, el principal programa de asistencia social sustentado durante el gobierno de Alberto Fernández. En el caso de la Alimentar, fue administrada por La Cámpora de manera directa, mientras que en el del Potenciar Trabajo corrió por cuenta de organizaciones piqueteras como el Movimiento Evita que lidera Emilio Pérsico.
La única billetera que escapa al ajuste
Los números son igual de contundentes cuando se ajusta la mira sobre el corazón de las partidas que controla Pettovello, lo que tiene que ver directamente con asistencia en planes sociales y además el pago de asignaciones y jubilaciones, donde ha habido cambios recientes y se actualizaron los montos.
Si se observa el sitio oficial Presupuesto Abierto, se advierte que ya se devengó para la jurisdicción “Organismos que dependen del Ministerio de Capital Humano” un 43%: $ 6,43 billones de los $ 14,9 billones contemplados originalmente. Se trata de la caja más grande del Estado, la de la ANSeS, donde en febrero asumió Mariano de los Heros en reemplazo de Juan Carlos Giordano.
Pero hubo una novedad esta semana. La partida central previsional también tuvo incrementos muy altos, producto de las actualizaciones en materia jubilatoria. El presupuesto pasó de $ 10 billones a $ 15 billones, exactamente un 50%. El gasto previsional, naturalmente, es el que más demanda. Se devengaron a la fecha $ 3,9 billones de los actualizados $ 15 billones de recursos para todo el año.
Desprendiendo programa por programa, el gasto más avanzado del presupuesto es el de las Asignaciones Familiares, que impactan en millones de personas. En un trimestre se había gastado el 75% del presupuesto: $ 1,2 billones de $ 1,6 billones estipulados. Eso obligó a principios de abril al Gobierno a elevar ese presupuesto a $ 3 billones.
A las prestaciones previsionales, además, se les añade un complemento que se les paga, de $ 1,1 billón anual previsto al principio de año. De ese monto ya se devengó más de la mitad: $ 653.000 millones. Por eso, se le adjudicaron también otros $ 300.000 millones, para elevar los recursos del área a $ 1,4 billón.
Además, hay otro número importante en transferencias a cajas provinciales que salen desde ANSeS y a diferentes prestaciones por pensiones: casi $ 2 billones extra que tiene que ejecutar el Estado en todo el año, pero que seguramente son partidas que van a ser ampliadas en estos meses.