Según el informe elaborado por el Observatorio de Argentinos por la Educación, la inversión nacional en educación en 2025 será del 0,88% del PBI, por debajo de lo invertido en 2024 y 2023. Asimismo, se prevé la eliminación de los programas “Mejoramiento de la calidad educativa”, “Conectar Igualdad”, “Fortalecimiento territorial” y “Acompañamiento de organizaciones educativas”.
El proyecto de Ley de Presupuesto 2025 enviado por el presidente Javier Milei al Congreso, en su artículo 27, dispone la suspensión por el término de un año de la obligación del Estado de invertir el 6 % en educación. Cabe resaltar que el porcentaje surge de la Ley de Educación Nacional que fue votada por el Congreso en 2006. El proyecto libertario también suspende la obligación de invertir 0,45% del PBI en ciencia y tecnología y 0,2% del PBI en educación técnico profesional. Solo en 2015, durante la gestión de Cristina Fernández, el Estado llegó a invertir 6% del PBI en educación.
De esta manera, el proyecto de ley presupuestario contempla una inversión nacional en educación del 0,88% del PBI, un porcentaje que queda por debajo de lo invertido en 2024 (0,91%) y 2023 (1,48%), convirtiéndolo en el presupuesto que dispone la menor participación sobre el PBI de la última década. En términos reales, si bien esa inversión tendrá un incremento de un 0,65% en 2025 en relación con el presente año, debe considerarse que se produce después de una drástica disminución presupuestaria del 40,20% ocurrida en 2024 en contraste con el año 2023. Los datos fueron publicados en el informe “Presupuesto educativo nacional 2025” elaborado en conjunto por los especialistas Javier Curcio (Conicet), y las investigadoras María Sol Alzú y Leyre Sáenz Guillén del Observatorio de Argentinos por la Educación.
Según el informe, el pico del gasto educativo sobre PBI se alcanzó en 2015, con un 1,59%. Luego se registró un descenso hasta 2019, cuando la inversión educativa fue del 1,08%. “A partir del año 2019, la inversión en estos términos fue creciendo de forma continua alcanzando el 1,48% en el año 2023”, expresó el texto. Y siguió: “En 2024, en base al crédito vigente y a la estimación del PBI nominal incluida en el mensaje del Proyecto de Presupuesto, se estima una inversión al cierre del año equivalente a 0,91% del PBI. Para lo presupuestado en 2025, la inversión estimada caería aún más representando 0,88% del PBI”. De esta forma, si se alcanza la cifra prevista para 2025 se trataría de la más baja de la última década.
Los puntos del presupuesto
Según el informe, en el período 2023-2024 hubo una fuerte caída en términos reales tanto en el gasto de la Secretaría de Educación (-42,99%) como en la función Educación y Cultura (-40,20%). “Para 2025 se espera que el presupuesto de la Secretaría de Educación varíe un 6,87% respecto al cierre proyectado para 2024, mientras que para la función Educación y Cultura se espera una mejora del 0,65%, según la inflación considerada en el proyecto de ley”, resaltó el texto. No obstante, según señaló el mismo documento, si se considera la inflación del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) “en 2025 habrá una nueva caída de la inversión en términos reales, tanto de la Secretaría de Educación (-1,18%) como de la función Educación y Cultura (-6,93%)”.
Cabe señalar que la educación superior (universidades) recibirá el 66,5% del presupuesto de la Secretaría de Educación mientras que los programas de educación obligatoria y superior no universitaria recibirán un 23,1% del total.
Al respecto, el exministro de Educación de la Ciudad de Buenos Aires Mariano Narodowski, entrevistado por los autores en el informe, manifestó que si bien el proyecto de presupuesto sostiene la prioridad histórica presupuestaria a las universidades nacionales, la diferencia radica en que “todo el gasto público se reduce de manera brutal, no solo educación, cumpliendo la promesa electoral del ‘ajuste más grande de la historia de la humanidad’ que votó el pueblo argentino”. En ese contexto, sostiene el ex ministro, la educación se mantiene en los primeros tres puestos en la asignación de recursos. “Los universitarios reaccionan fuertemente contra este ajuste y no está mal. Sería bueno que los más perjudicados (los chicos y las familias de la educación básica) también hicieran oír su voz en plazas y calles”, aseveró.
Eliminan el programa Conectar igualdad
El informe analizó cada uno de los programas presupuestarios de la Secretaría de Educación. “Los únicos dos que experimentarían un incremento real en 2025 son Gestión educativa y políticas socioeducativas (14 %) y Desarrollo de la educación superior (universidades nacionales)”, expresó el texto. Cabe destacar que en universidades se registró una disminución del 30% entre 2023 y 2024, por lo que el incremento en realidad implica una recuperación marginal del 2% en 2025.
Los programas que desaparecerán en 2025 son Mejoramiento de la calidad educativa, Conectar Igualdad, Fortalecimiento territorial y Acompañamiento de organizaciones educativas. “La eliminación del programa Conectar Igualdad es sin duda una medida regresiva muy fuerte, más cuando se considera que el 66% de los y las niñas menores de 14 años son pobres y tienen escasas posibilidades de lograr una alfabetización digital acorde con los umbrales de ciudadanía del siglo XXI”, dijo a los autores del informe Jorge Lo Cascio, economista y magíster en Educación.
El Plan Nacional de Alfabetización tendrá, por primera vez, asignación de presupuesto (11,6% del total de la Secretaría). Por debajo se encuentran los programas Gestión educativa y políticas socioeducativas, con el 10,5%; y Gestión y asignación de becas a estudiantes, con el 7,3%. “En 2025 el gasto en educación universitaria representará el 66,5% del presupuesto educativo nacional, lo que deja un 23,1% para programas de educación obligatoria y superior no universitaria, y el resto (10,4%) para otro tipo de gastos”, señaló el informe.
En este sentido, Agustin Etchebarne, director de la Fundación Libertad y Progreso, dijo a los autores del informe: “El desafío no es solo aumentar la inversión, sino hacerlo de manera estratégica. Deberíamos priorizar programas que integren a padres y madres desde la primera infancia, orientando la educación hacia un enfoque integral”. Por ello, aseveró que “no se trata simplemente de cumplir con una meta de inversión, sino de asegurar que esos recursos se destinen donde tendrán el mayor impacto”.
Una dramática retracción de la inversión educativa
Nicolás Trotta, exministro de Educación de la Nación, aseguró que los datos que expone el informe publicado confirman una ruptura de la tendencia de recuperación de inversión educativa por parte del Estado nacional desde la pandemia. “Es dramática la retracción de inversión en 2024 y no se vislumbra una recuperación considerable en el presupuesto del año próximo”, señaló. El exfuncionario aseguró que la inversión educativa total es condición indispensable pero no suficiente para enfrentar, los desafíos educativos del contexto actual de agravada fragilidad social. “Es necesaria la construcción de consensos multipartidarios federales para avanzar en las expectativas sociales en la materia”, apuntó.
Por su parte, el economista Isidro Guardarucci, aseveró que “en medio de las discusiones aún vigentes sobre el presupuesto universitario, era difícil esperar otro escenario. No parece estar en los planes del gobierno cambiar la posición tomada en este tema”. Al respecto, señaló que el análisis implica un llamado a avanzar sobre otras dimensiones como la calidad, evaluación de resultados y eficiencia del sistema educativo.