El oficialismo propone un proceso de desregulación para la economía argentina y el sector asegurador está incluido en ese plan, pero el mercado argentino pareciera no estar preparado para eso y advierten sobre los riesgos de avanzar en ese sentido.
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El Gobierno de Javier Milei plantea una desregulación de la economía. La llegada de Federico Sturzenegger a la gestión confirma la apuesta a este sendero. Y el seguro no es la excepción. De hecho, el superintendente, Guillermo Plate, dijo recientemente en un evento del sector que apunta a desregular el sector para una mejor supervisión como herramienta para atraer inversiones y mejorar la competitividad. El mercado lo ve bien en parte, pero advierte sobre algunos límites a este enunciado.
Un diagnóstico del mercado asegurador es necesario
En ese sentido, una fuente de una entidad clave del mercado a este medio, “lo que plantea el Gobierno, en esencia, es que haya menos normativa, pero ser más proactivo en cuanto al control efectivo del cumplimiento” considera que, si bien en una primera lectura suena bien, hay que pensar esta propuesta en función a las características actuales del mercado argentino de seguros.
En este sentido, no es menor mencionar que, habitualmente, lo que se busca cuando se desregula un mercado es que se sumen más jugadores y que haya más competencia. Pero la fuente advierte que, en el caso del sector de seguros argentino, en la práctica, “hay hoy una sobrepoblación de aseguradoras”.
Los números en este sentido son más que claros. En Argentina, tenemos alrededor de 190 empresas de seguros, casi un 50% más que en Brasil, para un PBI que es la tercera parte del de ese país. “Entonces, si se sumaran nuevos jugadores, sería un problema porque, hoy hay un exceso de competencia que redunda en serios problemas técnicos para las compañías”, advierte el entrevistado.
En definitiva, no hay una relación lógica entre la cantidad de aseguradoras que operan en la plaza local y el tamaño de la industria. Y esto también se repite en el en el tramo de la comercialización: hay 50.000 productores, cientos de agentes institorios y los bancos venden seguros en Argentina. Así, la fuente considera que “sería más lógico parecernos más a un mercado como el de Colombia, que tiene 50 aseguradoras, con un producto bruto que es más chico que el nuestro, pero más acorde a la cantidad de jugadores”.
Considera que habría que ir hacia una reducción de la cantidad de actores. Y advierte que este exceso de jugadores se debe, en gran parte, a que las regulaciones de capital para entrar al mercado son poco exigentes. Así, ir hacia un escenario más desregulado podría empeorar la situación en este punto.
Existen muchos vacíos regulatorios
Asimismo, por otro lado, menciona que “hay temas sobre los que, en realidad, el seguro necesita más normativa”. Por ejemplo, en cuanto a la que es responsabilidad civil para embarcaciones, no es obligatorio en Argentina tener cobertura, por lo que, si una persona se atropella a alguien en una lancha, no hay indemnización posible, sino que hay que reclamar al particular. O, en lo que respecta a escuelas, si bien están obligadas a tener una póliza de RC, no hay un monto exigido. Y un caso similar es el de los carteles en la vía pública, que tampoco tienen una cobertura de responsabilidad civil exigible por el Gobierno. “Entonces, hay varios vacíos legislativos”, advierte.
Asimismo, Durañona y Vedia apunta que existen numerosas deficiencias en los sistemas de información de la Superintendencia que “impiden disponer de datos actualizados necesarios para implementar métodos de supervisión más sofisticados” y agrega que, “para obtener información del mercado de manera efectiva, es esencial que existan regulaciones que obliguen a las compañías a proporcionarla”.
En ese sentido, lamenta que se haya emitido una resolución que eliminó la normativa que tenía como uno de sus objetivos recabar información para poder evaluar tarifas de seguros de responsabilidad civil automotor, entre otros aspectos relevantes y otra que terminó con el Registro Nacional de Contratos de Personas Humanas, que permitía a los ciudadanos acceder a los seguros de vida suscritos por sus seres queridos fallecidos.
La desburocratización, un camino más lógico que la desregulación
“No es posible supervisar más o mejor sin normativa que acompañe”, afirma Durañona y Vedia. En consecuencia, lo primero que surge como conclusión de estas opiniones del mercado es que hablar de una desregulación del mercado del seguro es algo apresurado sin un diagnóstico que lo justifique y un plan concreto.
Lo más saludable para la industria del seguro local pareciera ser apuntar a desburocratizar el mercado, que es cierto que, a veces, es demasiado intermediado por la burocracia, pero, tal como advierte una voz del sector, “desregularlo puede ser una jugada que salga muy mal, sobre todo, pensando en un mercado que está poco consolidada la cultura aseguradora en Argentina”.
Fuente: Ámbito Financero