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Con la mira en el cepo, Caputo lanza un súper canje para postergar los pagos de deuda en pesos hasta 2028

  • Este lunes arranca el canje de deuda.

En una fuerte apuesta a una reducción de la inflación y el abandono paulatino del cepo cambiario en la segunda mitad del año, el Gobierno pondrá en marcha este lunes y martes el mayor canje de deuda en pesos del que se tenga memoria en Argentina, un test clave cuyo resultado se conocerá el viernes y apunta despejar pagos por $ 54 billones hasta el 2028, el equivalente al 95% de los vencimientos previstos para el 2024.

El llamado se conoció sobre el final de la rueda del viernes, aunque las negociaciones con bancos privados empezaron en enero. El objetivo del Ministerio de Economía es tomar bonos del Tesoro a tasa fija Badlar y ajustables por inflación (CER), dólar oficial (dólar linked) y duales (el mejor resultado entre las opciones previas) que vencen este año y emitir nuevos títulos atados a los precios (Boncer) al 2025, 2026, 2027 y 2028.

La medida permitirá extender vencimientos en un año que Caputo busca alcanzar el superávit financiero, el 60% hasta el 2026. Más de la mitad de los títulos a ser eliminados están en el sector público. El Banco Central compró una parte en 2022 y 2023 para financiar indirectamente al Tesoro. Como el BCRA no puede participar de licitaciones primarias de Economía, la forma de renovarle vencimientos es con un canje.

En ese contexto, el Gobierno busca deshacerse de todos los bonos con “seguro de cambio” (linked y duales), que representan la mitad de la canasta elegible ($28 billones), mientras el resto son CER ($ 26 billones), según el economista Salvador Vitelli. De esa manera, sin vencimientos sujetos al ritmo de devaluación oficial, Caputo tendría menos restricciones para abandonar el cepo a mitad de año, como pretende Javier Milei.

“Se espera que el canje tenga buena aceptación de organismos públicos y bancos, siendo más incierto respecto a otros actores del mercado. De ser exitoso, no solo permite extender plazos, sino es un paso adelante para facilitar la salida del cepo”, dijo un operador. “La salida del cepo en esquemas razonables son de flotación o flotación sucia, por eso querés deuda que no se ajuste al tipo de cambio”, señaló Martin Salvo, manager de inversiones del BIND.

Lo que mira el mercado es la participación del sector privado. El Banco Central viene de otorgar a los bancos unos $ 11 billones en opciones de puts, una suerte de seguro por el que la entidad se compromete a comprar los bonos en caso de una caída de su cotización. Todavía no está claro cuánto de los bonos elegibles están sujetos a puts y si el BCRA mantendrá el beneficio.

Por otra parte, algunos inversores observan que se perdió el apetito transitorio por los bonos dólar linked y que las tasas que ofrece el Tesoro con los nuevos títulos CER (entre -3,9% a 2025 y 1,39% a 2027) están en línea con el mercado. “No es un tema de ganar plata, sino de perder lo menos posible, la tasa real de argentina promedio 2004-2015 debe ser cercana al -5% promedio en términos de política monetaria, -1% no está tan mal”, aseguró Salvo.

Con una inflación en febrero en torno al 15%, el mercado podría encontrar un incentivo a canjear bonos, ya que al vencimiento de los mismos no obtendrán rendimientos similares para colocar los pesos mientras siga el cepo, continúe la licuación de la moneda local propiciada por tasas negativas (por debajo del IPC) y el Gobierno logre reducir el superávit financiero, lo que supone que bajaría su necesidad de financiar el gasto con la emisión de deuda en pesos.

Esa es una de las principales metas acordadas con el Fondo Monetario. El organismo además espera que Caputo avance en el reemplazo gradual de títulos ajustados al dólar y la inflación por otros con tasa fija; el freno del financiamiento del BCRA al sector público y la eliminación de los puts. El canje de deuda, algo que cuenta con el aval del FMI, contribuiría a algunos de esos objetivos, descomprimir las cuentas fiscales a corto plazo y un eventual recorte de tasas.

“Lo que intentan es un golpe de efecto, lograr un buen resultado, mostrar que descomprimen vencimientos y permitirle renovar al Banco Central, tienen un piso alto por todo los títulos que compró el BCRA y probablemente algo más que logren de privados de lo que vence en el primer semestre”, aseguró Gabriel Camaño, economista de la consultora Ledesma.

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