Con el aumento de la digitalización financiera, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) ha intensificado los controles sobre las transferencias de dinero.
La digitalización de las finanzas personales permitió que millones de personas puedan gestionar su dinero de forma más eficiente, ya sea a través de bancos tradicionales o de billeteras digitales. Las transferencias entre cuentas propias, ya sea entre cuentas bancarias o entre una cuenta bancaria y una billetera virtual, son cada vez más comunes. Sin embargo, lo que muchas personas ignoran es que estas operaciones están bajo la lupa de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
La AFIP tiene la capacidad de monitorear las transacciones que superan ciertos montos preestablecidos, con el objetivo de asegurarse de que los contribuyentes declaren los ingresos y cumplan con las obligaciones fiscales correspondientes. A pesar de que las transferencias entre cuentas propias pueden parecer sencillas y sin complicaciones, hay errores comunes que pueden derivar en sanciones o investigaciones por parte del fisco.
A continuación, se detallan los cinco errores más comunes al realizar transferencias entre cuentas propias, y cómo evitarlos para no atraer la atención de la AFIP.
1. Superar los parámetros establecidos por la AFIP
Uno de los errores más frecuentes que los contribuyentes cometen es realizar transferencias que superan los parámetros establecidos por la AFIP sin contar con ingresos formales o sin poder justificar el origen del dinero. La normativa actual establece que los movimientos de fondos entre cuentas propias no deben superar los $400.000 mensuales en el caso de personas sin ingresos declarados. Este límite incluye tanto ingresos como egresos. Además, para operaciones que no estén debidamente justificadas o que superen el monto de $700.000 mensuales, es obligatorio informar al fisco sobre el origen de los fondos.
Para evitar este problema, es recomendable mantener un control exhaustivo sobre las transferencias realizadas y, en caso de superar los límites, contar con la documentación que justifique el origen de los fondos.
2. No justificar el origen de los fondos
Otro error común es no contar con la documentación adecuada para justificar el origen de los fondos transferidos. Aunque se trate de una operación entre cuentas del mismo titular, la AFIP puede solicitar que se demuestre de dónde proviene el dinero, especialmente si los montos superan los parámetros establecidos. En estos casos, es crucial tener a mano los comprobantes que respalden las operaciones.
La documentación que se puede presentar para justificar el origen de los fondos incluye recibos de sueldo, boletas de compra y venta, comprobantes de haberes jubilatorios, facturación de los últimos meses, o certificados emitidos por contadores públicos. En el caso de que se trate de una transferencia relacionada con la venta de acciones o de una empresa, también es necesario presentar la documentación correspondiente.
No poder justificar el origen de los fondos puede derivar en la emisión de un Reporte de Operación Sospechosa (ROS), que el banco o la entidad financiera envía a la Unidad de Información Financiera (UIF) para su investigación. Dependiendo de la magnitud de la transacción y la gravedad de la situación, las sanciones pueden variar considerablemente.
3. Realizar transferencias innecesarias entre cuentas propias
Un error frecuente, aunque menos evidente, es realizar transferencias innecesarias entre cuentas propias. Muchas personas distribuyen su dinero entre diferentes cuentas bancarias o billeteras digitales buscando aprovechar las ventajas de cada una, sin darse cuenta de que están consumiendo parte del margen a partir del cual la AFIP revisa estos movimientos.
Una recomendación para evitar este error es depositar o recibir el dinero directamente en la cuenta que se va a utilizar, en lugar de mover fondos entre varias cuentas. De esta manera, se reduce la cantidad de movimientos y se evita que la AFIP solicite justificar transferencias innecesarias.
Es importante recordar que, aunque se trate de transferencias entre cuentas propias, las entidades financieras están obligadas a informar sobre los movimientos realizados, especialmente si superan los límites mencionados anteriormente. Así que, cuanto menos se traslade el dinero de una cuenta a otra sin necesidad, menor será la posibilidad de atraer la atención del fisco.
4. Ignorar las solicitudes de justificación de fondos
Cuando una entidad financiera o una billetera virtual detecta movimientos de dinero que superan los parámetros establecidos por la AFIP, suele solicitar al usuario que justifique el origen de los fondos. Muchas personas cometen el error de ignorar estas solicitudes, lo que puede llevar a que el banco informe a la AFIP y a la UIF sobre una operación sospechosa.
Las entidades financieras suelen realizar estas solicitudes de justificación a través de correos electrónicos, pidiendo la documentación correspondiente. Si el contribuyente no responde a tiempo o no puede justificar el origen del dinero, el banco puede generar un Reporte de Operación Sospechosa (ROS), lo que podría derivar en sanciones o multas.
Para evitar este problema, es fundamental responder de manera oportuna a cualquier solicitud de justificación de fondos por parte del banco o la entidad financiera, y proporcionar la documentación adecuada.
5. Superar los límites permitidos por la entidad financiera
Aunque la mayoría de los bancos y billeteras digitales ampliaron considerablemente los márgenes de transferencia en los últimos años, otro error común es exceder los límites permitidos por la entidad financiera. Este problema, aunque cada vez menos frecuente, aún puede generar inconvenientes para algunos usuarios.
Por ejemplo, algunas entidades financieras tienen límites de transferencia en pesos que alcanzan los $100.000.000 y en dólares que llegan a los US$1.250.000. Si se exceden estos límites, el banco puede bloquear temporalmente la cuenta o solicitar una justificación adicional de los fondos.
Si bien este tipo de problemas es poco común, es importante estar al tanto de los límites internos de cada banco o billetera digital para evitar complicaciones al realizar transferencias de grandes sumas de dinero.